miércoles, junio 14, 2006

Flashbacks

El flashback es cuento cotidiano, de pronto recuerdo cosas que no sabía que todavía quedaban guardadas en mi tan rayado disco duro. Que si una niña gorda de la primaria a la que molestabamos, que si los juegos raros que inventaba con mis primos, que la manera en que nos corríamos las respuestas en los examenes, detalles que en su momento consideré sin importancia en las asambleas sindicales.
Pero ahora la costumbre inconsciente del flashback tiene una razón de ser, cada vez que vengo en la autopista hacia Querétaro veo un pequeñito restaurant donde estoy seguro que comí con mi abuelo una vez que lo acompañé en un viaje a Monterrey, cada vez que regreso al DeFe y pasó por viaducto me veo escuchandolo incredulo cuando decía que el Viaducto fué alguna vez un río y que el dejaba de entrar a clases para ir a lanzarse sus clavados, lo veo entrando por la puerta de su departamento con su periódico en la mano y el olor que la tinta de este produce. Como si fuera el cinito me veo tirado en el piso junto a el tomando mis clases de abdominales y presumiendo que ya podía hacer 50, no falta la imagen de la vez en que por la diabetes y el exceso de azucar en la sangre lo llevé al hospital completamente desorientado y no dejó de recordar como cada vez llegaba su pregunta "¿Cómo esta la niña de los enormes ojos? Ya deberías casarte para echarme mi último bailongo".
Ese bailongo no va a llegar, ni llegará a la boda del brazo de mi abuela y menos conocerá a su nuevo bisnieto.

Mi abuelo falleció hace una semana el lunes 050606, se quedó dormido y no despertó, como soñando o como riendo o como descansando a pierna suelta.

Y así de mientras, yo me quedo, aquí en esta estación esperando el flashback de las 11:30