viernes, febrero 25, 2005

De pueblo en pueblo

Hablar de los pueblos por los que uno pasa es hablar de un descansito chiquito en las rutas que no terminan, uno deja de comer asfalto aunque sea por ratitos, deja de ser un glotón de líneas semipitadas sobre chapopote mal aplanad y mordisqueado por todas partes. Es un poquito olvidar los animales que saltan en el camino y se le quedan mirando a uno con la mirada de quien se encontrará merito de frente con un extraterrestre.
En Cotija, Mich. el tiempo ha comido de más y se pasea lento y pesado entre callesitas, neverías y cenadurías que cierran antes de que un insecto urbano, como yo, piense siquiera que ya es hora de cenar.
Aquí las cosas son simples, porque simplemente no pasa nada mas que el aire que se respira en calma. Como que me ha conquistado un poco esa nada y los seres angelicales que han bajado a las calles a pasearse vestidas de gala.

Cotija, Mich.